Se trata de aquella rama de la psicología orientada a estudiar  y entender el comportamiento y la conducta de los animales.

En el contexto actual la psicología animal proporciona  herramientas  orientadas a tratar el sufrimiento animal.

El uso de herramientas, de manera sistemática,  por especies diferentes a las del ser humano constituyen descubrimientos (2007) que al menos nos lleva a preguntarnos acerca de si existe o no en el reino animal un mundo cercano a lo emocional, y de ser así como los afecta y de qué manera la psicología especializada en esta rama puede ser un instrumentos para comprender, explicar y contener esa emocionalidad.

Lo expuesto nos ha ido llevando a considerar, hoy en día, que los animales pueden deprimirse, sufrir ansiedad, padecer fobias o tener problemas de conducta, que altera sus vínculos con el medio.

Determinar cuál es la influencia del entorno en este tipo de comportamiento animal es central.

Desde los organismos unicelulares hasta el hombre, el comportamiento implica una acción significativa y susceptible de ser interpretada. Los organismos se relacionan con el ambiente a partir de sus estructuras orgánicas, es por ello que cada especie presenta comportamientos diferentes en función de dichas estructuras.

Cuando las estructuras orgánicas evolucionan entre una especie y otra, se observa un cambio cualitativo en el medio y las relaciones que se establecen con él.

Si bien esta realidad aparece cada vez más innegable a partir de los resultados de diferentes estudios, también es cierto que es inevitable que para poder avanzar en el bienestar de los animalitos, a los que amamos profundamente, es necesario aceptar que los animales y los hombres son distintos, tienen necesidades distintas y requieren respuestas adaptadas a ellos.