Formas de victimización están arraigadas a través de la familia, escuela, medios de comunicación, en la religión, en cuentos, canciones, mensajes, mandatos religiosos, por lo cual esto ha ido horadando en el inconsciente colectivo de muchas sociedades, en más en las sociedades machistas.
Muchas son las explicaciones que han tratado de esclarecer cuales son los factores que han influido para que la mujer acepte y adopte actitudes y costumbres que la dominan culturalmente, es lo que podría decirse una predisposición victimal.
Uno de los factores es la influencia en torno a la moralidad judeo-cristiana, y otra la condición humana inferior que tiene la mujer en la cultura occidental, una precondición para su victimización. Ancestralmente presentando a la mujer jugando un papel pasivo y el varón un activo, determinando formas de actuar.
En la medida que la mujer ha participado y está participando en el diseño, ejecución y vigilancia de las políticas públicas, los niveles de desigualdad están disminuyendo y por ende los niveles de victimización, ya que la mujer está ocupando cargos de relevancia en las políticas públicas, y administración de la justicia.
Se observan como formas más comunes de victimización, la forma primaria y secundaria. Siendo la primera forma donde se hallan homicidios, violación, lesiones, asalto y secuestro. Y la victimización secundaria son las que sufren las mujeres por pertenecer a grupos específicos más vulnerables, como la marginación, o formar parte de determinado núcleo de la población, donde también los regenteadores del negocio de trata de personas, especialmente mujeres y niños.
Otro grupo de mujeres son las mujeres, golpeadas, las cuales generan hijas infravaloradas creando un grupo de hijas con imagen de víctimas voluntarias. El niño y la niña captan desde pequeños que la figura femenina es infravalorada. Esta cadena violenta ha sido aceptada culturalmente de que el padre agolpee a su pareja, madre de sus hijos y los hijos se lastimen entre si y a veces estos patrones ni siquiera se verbalizan sino en forma simbólica por medio de actitudes de rechazo, indiferencia y a través de todos los actos cotidianos.
El embarazo es un factor victimal o las mujeres preclimatericas, en quienes se generan cambios orgánicos que las inquietan y produce actitudes hostiles propiciando con ello su victimización.
Como así también la edad avanzada aumentando la debilidad. Muchas mujeres que trabajan dentro del hogar son víctimas de una injusta división del trabajo, sin que tenga tiempo libre para decidir qué hacer con este.
Sigue siendo la violencia de genero un mal de las culturas que solo a través de la educación y con políticas de enseñanza civil y del derecho humano van a poder restituir un equilibrio digno de la mujer con respecto al varón, que pide a gritos un lugar en el mundo.
Si bien en la actualidad a nivel mundial las mujeres han ocupado hasta cargos presidenciales todavía falta mucha más consciencia de igualdad.